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Síndrome de disfunción cognitiva en gatos

Cumplir años nos afecta a todos y nuestros queridos felinos no iban a ser menos.


Desde hace unos años se ha descubierto que un alto porcentaje de animales mayores o geriátricos padecen el Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC). Se trata de un trastorno degenerativo que se caracteriza por un deterioro cognitivo gradual y progresivo. Es decir, afecta a la memoria y aprendizaje de los animales senior causando cambios de comportamiento.


Este síndrome produce principalmente una pérdida de memoria, similar a lo que ocurre con la enfermedad de Alzheimer. Tanto es así que se está utilizando como modelo para el estudio de esta enfermedad en etapas iniciales. Esta pérdida de memoria va a provocar en los animales un aumento en la sensación de imprevisibilidad y con ello va a producir que tengan estrés y disminuya su bienestar.


Lamentablemente este síndrome no tiene cura y tiene mayor prevalencia cuanto mayor es el animal. Más del 40% de perros y gatos de 14 años o más lo padecen, siendo esto una cifra estimada, ya que es un trastorno infradiagnosticado. Esto se debe a que la mayoría de propietarios relacionan los cambios de conducta como algo “normal” en animales viejitos, y por ello no acuden al veterinario o especialista en comportamiento, por lo que no se diagnostica y tampoco se intentan frenar sus síntomas.


El diagnóstico se realiza por la anamnesis y sintomatología del animal, pero no hay que olvidar descartar otras causas médicas diferentes ya que son animales mayores y tienen mayor tendencia a sufrir enfermedades. Por ello antes de diagnosticar el SDC es importante realizar pruebas como analíticas sanguíneas y radiografías que nos ayuden a saber el estado general.


Los principales síntomas que muestran son desorientación, alteraciones del sueño, aumento de la dependencia, pérdida de la conducta de eliminación, ansiedad y cambios en el nivel de actividad. Solemos ver gatos que empiezan a maullar desorientados, se pegan al dueño y que incluso dejan de utilizar la bandeja y/o rascador.



Como hemos explicado anteriormente no existe una cura, pero podemos intentar evitar su aparición y en el caso que ya la tengan, ralentizar su avance. Se ha demostrado que el empleo de enriquecimiento ambiental y ejercicio ayuda a estimular el cerebro, disminuyendo la probabilidad de sufrir síndrome de disfunción cognitiva. Además, el uso de antioxidantes y ácidos grasos nos ayuda a reducir su aparición y tratar los síntomas.


Ante cualquier cambio de comportamiento de nuestros gatos es muy importante acudir a un especialista para valorar su estado de salud física y mental. Son animales increíbles, pero auténticos maestros en ocultar enfermedades.


Nuestras mascotas merecen tener siempre la mayor calidad de vida posible y es nuestra responsabilidad ayudarles a conseguirlo. Su fidelidad no disminuye con la edad, la nuestra no debería ser menos.

Lucía Garrido Sánchez, veterinaria y miembro de la Asociación Educativa Yura

 
 
 

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